Testimonio de Walter Meza Valera
Conocí personalmente a don José Riera Torra, el arquitecto-constructor de quien habla este libro. Tuve el privilegio de tratarlo en su propio domicilio (su hijo Ricardo, el autor, fue mi compañero de estudios primarios y secundarios). El comportamiento del Maestro, sereno y taciturno al mismo tiempo, siempre fue el mismo. Daba la impresión de que estuviese trazando mentalmente líneas en su plano interior, o que su parquedad le era indispensable para poder empotrar exactamente la balaustrada de su nuevo edificio. Pero yo vislumbraba, y sabía a través de sus hijos y sus nietos, que el hombre era un padre maravilloso; que, junto a su Virginia Martínez, su esposa de siempre, cantaba y bailaba las canciones de su recordada Catalunya (él era natural del pintoresco pueblo de Rajadell), en cuya región dejó la casa paterna para viajar al Perú al poco tiempo del mismo itinerario emprendido por su hermano mayor, Marcelino. Ambos, muy jóvenes aún, continuaron en tierras amazónicas igual labor de construcción de edificios que en su tierra natal.
José Riera Torra fue el artífice que ayudó a su hermano Marcelino a transformar urbanísticamente la ciudad de Iquitos. Y fue quien logró darle a Yurimaguas el perfil arquitectónico que la define como una bella urbe a orillas del río Huallaga, de donde se generaliza el nombre de 'La Perla del Huallaga'.
Dicen que a las personas se las conoce a través de sus obras. Gracias a la confianza del visionario de la Diócesis de San Gabriel del Marañón, Monseñor Atanasio Jáuregui (vizcaíno él), ahí están, enhiestos, solo por citar Yurimaguas: la Iglesia Catedral, la Municipalidad de Alto Amazonas, el hospital ‘Santa Gema’, los colegios ‘San Gabriel’ y ‘Virgen de los Dolores’ y el Seminario ‘San Gabriel’, entre otras construcciones. Mas, si bien es cierto que las obras quedan, considero que faltaba por conocer la esencia misma que impulsó permanentemente la creatividad y dinamizó la ejecución del trabajo del Maestro don José Riera Torra.
Por fin, el menor de sus hijos, Ricardo, se animó a traernos –¿quién mejor que él?- la vida en la intimidad, la personalidad, el amor que puso su padre en cada una de sus obras, y la química entre él y Monseñor Jáuregui, que arribó a inestimables realizaciones.
El documentado libro de Ricardo Riera Martínez: UN CATALÁN EN LA AMAZONÍA PERUANA. JOSÉ RIERA, EL ARQUITECTO DE YURIMAGUAS, con un lenguaje coloquial, nos habla de esto y mucho más…