Don José con sus 76 años a cuestas y más los achaques de la enfermedad bronquial que sufría , como consecuencia del accidente que tuvo, por la necesidad de trabajar en alturas considerables; acostumbraba a leer el periódico del día sentado en una mecedora a la vera de su casa a partir de las 6 p. m. aproximadamente, el lugar era tranquilo por donde transitaba poca gente que cordialmente le saludaba, y donde sus nietos acostumbraban a jugar correteando y dando saltos, siempre bajo su vigilancia.- Se dio el caso, que el vecino que vivía al frente y que era un empresario ganadero, tenía un terreno baldío como prolongación de su propiedad, donde se encontraba un toro de raza cebú atado a una estaca , que había comprado para llevar a su ganadería y realizar el cruce de ganados para mejorar la raza; ocurrió que en esta situación que el menor de los nietos de don José, Jorge Antonio, de aproximadamente 4 años, se acercaba sigiloso hacia el toro, al darse cuenta don Pepe del peligro que llevaba su nieto, se acordó de sus tiempos mozos y corrió tras el nieto.- Felizmente no paso de un susto.
Ricardo Riera M.
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